
Para aprovechar el finde, decidimos visitar Valldemossa. Un pueblecito muy cuco al oeste de la isla. Muchas personas nos habían recomendado ir y los innumerables carteles turísticos nos empujaban a ir.
Tardamos tres canciones en llegar. "Sorprendentemente" el pueblo estaba lleno de guiris. Nada más llegar nos tomamos algo fresquito, el calor y la sed nos obligaron. Pero nos dimos cuenta de que podríamos haber elegido mejor si hubiéramos andado unos 20 metros más... Una calle entera llena de establecimientos hosteleros para tomarte algo típico en vez de un Nestea y una Coca-Cola puerca... En fin, paseamos por el pueblo y nos dimos cuenta de que es muy pequeño. En un rato lo habíamos visto todo. Pudimos hacer fotos chulas y comprobamos lo peligroso que son los pueblos de montaña (traduzco: cuestas) y suelos empedrados. A parte de tropezarte por las irregularidades del terrero, resulta que las piedras, con el tiempo, se desgastan, se alisan. Una piedra lisa y un calzado normal... PELIGRO DE GUARRAZO. Por suerte no nos caímos ninguno de los dos. Aunque no faltaron los sustos por mi parte. Hablando de sustos, subiendo una escalera, hablando tan alegremente... dimos el bote más grande que podríamos dar junto a un matojo que había en el suelo cuando de éste sonó como que algo grande iba a salir de él. Resultó ser un gato, señores ¡Un P*** GATO! asustó a dos adultos... Casi le atravieso el brazo con los dedos al bellotero del susto... Conclusión: no estoy hecha para vivir en el campo.
Tras el paseito, nos dimos un capricho y probamos cosas típicas. Nos compramos un sorbete de almendras, una coca de patata y una ensaimada de chocolate ¡Pa' nosotros la vida!


Paseando por el pueblo, nos topamos con un bodorrio. Sabíamos que era bodorrio y no otra celebración porque nos cruzamos de frente con el coche de los novios (un citroen 2CV monísimo) ¿Qué importancia tiene que os cuente esto? (pensaréis). Fácil. Como a nosotros no nos gusta criticar, solo referimos, nos fuimos fijando en los invitados. Podría hacer la entrada más grande para referirme a bastante gente que vimos pero, solo haré mención a un chaval. Cuando lo vimos, no nos pudimos dar más codazos mutuos para avisarnos de que había algo digno de ver. Casi no podíamos contener la risa. Todo porque, el muchacho en cuestión, iba bien arreglado en cuanto a lo que vestuario se refiere pero, el barbero hizo lo que quiso con él. Un bigote... que le faltaba el monóculo en el ojo. Por suerte, tenemos fotos para documentarlo y además iconos para ilustrarlo mejor.
Volvimos a Palma y después del desastre de la última sala de cines, fuimos a la "buena" que está un poco más lejos a ver BAYWATCH. Nos gustó mucho. Muy cómica, con un humor bastante absurdo. Para pasar un buen rato está bastante bien.
Cuando salimos del cine era tarde, así que tuvimos que dar un par de vueltas para conseguir aparcar. La cosa es, que nuestro bloque está entre dos avenidas que no tienen nada que ver la una con la otra. Una es tranquila y silenciosa y la otra, la del puerto, es donde está toda la juerga, discotecas, bares, etc. Como vimos tanto ambiente cuando pasamos con el coche, decidimos dar una vueltecilla para ver qué se cocía. Vimos una fauna, que efectivamente iba muy cocida y ante nuestro total alucine, descubrimos un percal que prefiero que veáis en foto en la discoteca que frecuenta Paris Hilton. Aquí cada día es una sorpresa.
