Desde que nos instalamos en Mallorca a mediados de junio, llevamos escuchando el concierto matutino de un hombre todas las mañanas (sin excepción) que no sabíamos exactamente de dónde venía pero se escuchaba por todo el barrio como si hubiera amplificadores a nuestro alrededor.
Cantaba algo que en principio podría haber parecido ópera, aunque no del todo. El tono de voz agudo y a la vez masculino me hacía pensar que podría tratarse de alguien joven ensayando de cara a una ventana abierta.
Ayer por la mañana, el bellotero y yo nos encontrábamos fuera pero cerca de casa y de repente, empezamos a escuchar esa voz tan familiar, tan fácil de reconocer como si de nuestros padres se tratase. Nos sorprendió lo cerca que la oíamos y empezamos a buscar girando la cabeza con urgencia ya que con la posibilidad de la finalización del canto, se acabaría nuestra oportunidad de averiguar quién cantaba cada mañana.
Afiné el oído para concentrarme en el punto de dónde provenía el canto y mientras me percataba de que no tenía nada que ver con la
ópera si no más bien con cantos gregorianos, conseguimos ver por fin al cantante.
Para nuestra completa sorpresa jamás nos lo hubiéramos imaginado así:
Un hombre anciano, con las manos cargadas de bolsas de la compra, paliducho, con gafas de culo de vaso, una camiseta blanca de manga corta, unos pantalones cortos azul marino subidos hasta la cintura, con su correspondiente cinturón (vaya a ser que se baje el pantalón a su sitio), una boina típica de abuelo, encorvado hacia delante y con el pelo totalmente blanco.
Lo más impresionante de todo fue el chorro de voz que salía de ese hombrecillo cantando canciones de misa. No pude evitar permanecer inmóvil por unos segundos mirándole fijamente (como el resto de personas que había en la calle en ese momento).
La curiosidad por ponerle cara al cantante misterioso está satisfecha. Esta mañana, como de costumbre, lo he vuelto a escuchar cantar. Y seguiremos haciéndolo sin remedio mientras estemos aquí.
OS DEJO UN VÍDEO QUE CONSEGUÍ GRABAR DESPUÉS DE HABER HECHO LA PUBLICACIÓN